Discalculia: qué es, síntomas, tipos y cómo detectarla en niños y adultos

Vista frontal de un niño que usa el ábaco para aprender a contar.
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Equipo ContigoPsi

Publicado el

04 de agosto de 2025


¿Qué es la discalculia?

La discalculia es un trastorno del aprendizaje que afecta la capacidad para comprender y realizar cálculos matemáticos. A menudo se la describe como una "dislexia de los números", pero es un problema distinto que se centra específicamente en las habilidades matemáticas. Las personas con discalculia pueden tener dificultades para entender conceptos numéricos básicos, lo que puede afectar su desempeño en contextos académicos y cotidianos.

Este trastorno no tiene relación con la inteligencia general de una persona, ya que individuos con discalculia pueden ser altamente inteligentes en otras áreas. Sin embargo, sus dificultades con las matemáticas pueden llevar a frustraciones significativas, especialmente en entornos escolares donde estas habilidades son esenciales. Es importante diferenciar la discalculia de la falta de interés o esfuerzo en matemáticas, ya que es un problema neurológico que requiere atención especializada.

El reconocimiento de la discalculia es crucial para proporcionar el apoyo adecuado a quienes padecen este trastorno neurodivergente. Con el diagnóstico y tratamiento apropiados, las personas pueden aprender a manejar sus dificultades y desarrollar estrategias efectivas para afrontar los desafíos matemáticos.

Características del cerebro con discalculia

El cerebro de una persona con discalculia muestra características específicas que afectan la forma en que procesan la información numérica. La investigación ha identificado diferencias en las regiones cerebrales asociadas con el procesamiento de cantidades y la atención, lo que puede explicar las dificultades que enfrentan estos individuos. Estas diferencias no son homogéneas, lo que significa que cada persona con discalculia puede presentar un perfil único de habilidades y desafíos.

Las imágenes cerebrales han demostrado que áreas como el lóbulo parietal, que juega un papel crucial en las habilidades matemáticas, pueden funcionar de manera diferente en individuos con discalculia. Estas diferencias pueden llevar a problemas con la memoria de trabajo, lo que es fundamental para seguir pasos en cálculos matemáticos y resolver problemas complejos. Debido a estas variaciones, la discalculia puede manifestarse de diferentes maneras en cada persona.

Entender las características del cerebro con discalculia permite desarrollar intervenciones específicas que aborden sus necesidades particulares. Con este conocimiento, los educadores y terapeutas pueden diseñar programas de aprendizaje personalizados que ayuden a las personas a superar sus dificultades matemáticas de manera efectiva.

Síntomas de la discalculia

Identificar los síntomas de la discalculia es el primer paso para abordar de manera eficaz este trastorno del aprendizaje, que afecta la capacidad para comprender y trabajar con conceptos numéricos. Estos síntomas pueden variar significativamente entre personas, tanto en gravedad como en la forma en que se manifiestan, y pueden estar presentes desde edades tempranas o persistir hasta la adultez si no se diagnostican ni tratan adecuadamente.

En niños, algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Dificultades para contar hacia adelante o hacia atrás.
  • Problemas al aprender y recordar operaciones básicas, como sumas, restas, multiplicaciones o divisiones.
  • Confusión frecuente con los símbolos matemáticos, como el signo “+”, “–” o “=”.
  • Errores al alinear números en operaciones escritas, lo que afecta el resultado del cálculo.
  • Incapacidad para entender patrones numéricos o secuencias simples.
  • Dificultad para aprender a decir la hora en relojes analógicos.

Además, muchos niños con discalculia muestran una ansiedad considerable ante las matemáticas, que puede intensificarse con el tiempo. Esta ansiedad matemática no solo interfiere en su desempeño escolar, sino que también puede generar evitación sistemática de tareas relacionadas con los números. Con el tiempo, esta evitación puede derivar en baja autoestima y falta de confianza en sus capacidades académicas.

En adultos, la discalculia puede seguir afectando el día a día en tareas prácticas como:

  • Dificultad para gestionar presupuestos personales o hacer un seguimiento de gastos.
  • Problemas para calcular propinas, porcentajes o descuentos al hacer compras.
  • Complicaciones al interpretar gráficos, tablas o datos numéricos en contextos laborales o cotidianos.
  • Errores frecuentes al manejar el tiempo, como calcular mal la duración de actividades o tiempos de llegada.
  • Evitar profesiones o actividades que impliquen un uso constante de las matemáticas.

Es importante destacar que la discalculia no está relacionada con la inteligencia general, y que muchas personas con este trastorno poseen talentos en otras áreas como el lenguaje, el arte o la creatividad.

Por eso, reconocer estos síntomas a tiempo es fundamental para poder acudir a un especialista, obtener un diagnóstico adecuado y comenzar un tratamiento individualizado, que puede incluir adaptaciones escolares, estrategias de aprendizaje específicas y apoyo emocional. Con el enfoque correcto, es posible mejorar la relación con las matemáticas y minimizar el impacto de la discalculia en la vida cotidiana.

Tipos de discalculia

La discalculia no es un trastorno homogéneo; existen varios tipos que se manifiestan de diferentes formas. A continuación se presentan algunos de los tipos más comunes:

  • Discalculia del desarrollo: Aparece en la infancia y está relacionada con dificultades para aprender conceptos matemáticos básicos desde una edad temprana. Las personas con este tipo suelen tener problemas para entender el sentido numérico y la relación entre los números.
  • Discalculia adquirida: Este tipo de discalculia surge como resultado de una lesión cerebral o un evento traumático que afecta las áreas del cerebro involucradas en el procesamiento matemático. A diferencia de la discalculia del desarrollo, este tipo puede presentarse en cualquier momento de la vida.
  • Discalculia espacial: Se relaciona con dificultades en la percepción espacial y la capacidad de visualizar objetos en el espacio. Las personas con este tipo pueden tener problemas para alinear números en columnas o recordar la secuencia de pasos en un problema matemático.

Comprender los diferentes tipos de discalculia ayuda a personalizar las estrategias de intervención y tratamiento, asegurando que las necesidades específicas de cada individuo sean atendidas de manera eficaz.

Cómo diagnosticar la discalculia en niños y adultos

El diagnóstico de discalculia implica una evaluación completa realizada por profesionales del aprendizaje y psicólogos especializados. El proceso comienza con una serie de pruebas que evalúan las habilidades matemáticas, la memoria de trabajo, la atención y otras funciones cognitivas relacionadas. Estas pruebas están diseñadas para identificar patrones de dificultad específicos que son indicativos de discalculia.

Para los niños, los padres y profesores juegan un papel crucial en la identificación temprana de los síntomas. Si un niño muestra dificultades persistentes con las matemáticas, es importante buscar una evaluación profesional cuanto antes. El diagnóstico temprano es fundamental para implementar estrategias de intervención efectivas que puedan mejorar las habilidades matemáticas del niño y ayudarle a tener éxito académico.

En los adultos, el diagnóstico puede ser más complejo, ya que muchos individuos han desarrollado mecanismos de compensación para manejar sus dificultades. Sin embargo, un diagnóstico preciso puede proporcionar claridad y abrir la puerta a tratamientos y estrategias que mejoren la calidad de vida. Si sospechas que puedes tener discalculia, considera realizar un test de discalculia con un especialista calificado.

Tratamientos para la discalculia

El tratamiento de la discalculia tiene como objetivo principal fortalecer las habilidades matemáticas de la persona afectada, al mismo tiempo que se abordan los aspectos emocionales y cognitivos que pueden verse comprometidos. No existe una única fórmula, ya que cada caso es diferente, pero los enfoques más eficaces suelen ser multidisciplinarios y adaptados a las necesidades individuales.

Uno de los pilares del tratamiento es la intervención educativa especializada. En este enfoque, docentes o pedagogos especializados emplean estrategias didácticas adaptadas que permiten que el aprendizaje matemático sea más accesible. Estas intervenciones pueden incluir:

  • Materiales visuales como bloques, diagramas o representaciones gráficas para facilitar la comprensión de conceptos abstractos.
  • Juegos matemáticos interactivos que promueven el aprendizaje a través del juego, mejorando la motivación y el interés.
  • Tecnología educativa, como aplicaciones o plataformas diseñadas para reforzar habilidades numéricas de forma lúdica y personalizada.
  • Enseñanza multisensorial, que combina estímulos visuales, auditivos y táctiles para consolidar el aprendizaje.

Además, es muy frecuente que la discalculia vaya acompañada de ansiedad matemática o baja autoestima, especialmente cuando no ha sido diagnosticada a tiempo. En estos casos, la terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ser de gran ayuda. Esta terapia se centra en:

  • Identificar y modificar pensamientos negativos asociados con el rendimiento matemático.
  • Desarrollar estrategias de afrontamiento más saludables ante situaciones que impliquen cálculos o evaluación.
  • Reforzar la autoestima, ayudando a la persona a reconstruir la confianza en su capacidad de aprender.

El apoyo emocional, tanto en el entorno escolar como en el familiar, también juega un papel clave. Es importante que quienes rodean al niño o adulto con discalculia comprendan sus dificultades y fomenten una actitud positiva hacia el aprendizaje.

En algunos casos, puede haber trastornos comórbidos que afectan el tratamiento. Uno de los más comunes es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH ). Cuando esto ocurre, se pueden considerar tratamientos farmacológicos que ayuden a mejorar la concentración y el control impulsivo, facilitando así la intervención educativa.

Actividades y ejercicios para discalculia

Implementar actividades y ejercicios específicos puede ayudar a las personas con discalculia a mejorar sus habilidades matemáticas. A continuación, se presentan algunas sugerencias que pueden ser útiles:

  • Juegos matemáticos: Usar juegos de mesa que involucren conteo y estrategia, como el dominó o el ajedrez, puede mejorar la comprensión numérica y el pensamiento lógico.
  • Aplicaciones educativas: Existen numerosas aplicaciones diseñadas para enseñar matemáticas de manera interactiva y divertida. Estas herramientas pueden adaptarse al nivel de habilidad de cada individuo y ofrecer retroalimentación instantánea.
  • Visualización de problemas: Usar diagramas, gráficos y otras herramientas visuales puede ayudar a las personas a comprender mejor los conceptos matemáticos abstractos. Dibujar o representar físicamente problemas matemáticos puede facilitar su resolución.

Incorporar estas actividades en la rutina diaria de aprendizaje puede hacer que las matemáticas sean más accesibles y menos intimidantes, ayudando a las personas con discalculia a ganar confianza en sus habilidades.

Dislexia y discalculia: diferencias y similitudes

Aunque la discalculia y la dislexia son trastornos del aprendizaje que pueden coexistir, presentan diferencias significativas. La dislexia afecta principalmente la capacidad de leer y procesar el lenguaje escrito, mientras que la discalculia se centra en las dificultades matemáticas. Sin embargo, ambos trastornos pueden manifestarse en problemas con la memoria de trabajo y la atención.

Una similitud clave es que ambos trastornos son de origen neurológico y no están relacionados con la falta de inteligencia o esfuerzo. Las personas con dislexia y discalculia pueden tener dificultades en el entorno académico, pero con el apoyo adecuado, pueden superar estos desafíos.

Entender las diferencias y similitudes entre dislexia y discalculia es vital para proporcionar un diagnóstico y tratamiento efectivos. Los programas de intervención deben adaptarse a las necesidades específicas de cada individuo para garantizar el mejor resultado posible.

Si sospechas que tú o alguien cercano podría tener discalculia, es importante actuar de inmediato. Busca el consejo de psicólogos para obtener un diagnóstico preciso y comenzar un plan de intervención que aborde las dificultades específicas. Recuerda, con el apoyo y la guía adecuados, es posible superar los desafíos de la discalculia y alcanzar el éxito académico y personal.

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