Cómo calmar la ansiedad: estrategias prácticas para el día a día

Hombre joven con chaqueta a cuadros meditando delante de su portátil en el sofá
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Equipo ContigoPsi

Publicado el

12 de junio, 2025

Actualizado el

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La ansiedad es una emoción común que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo, cuando se vuelve abrumadora, puede interferir con nuestras actividades diarias y afectar nuestra salud mental. En este artículo, descubrirás diversas estrategias y consejos profesionales para calmar la ansiedad, desde métodos rápidos hasta técnicas para situaciones específicas.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo al estrés. Es un sentimiento de miedo o aprehensión ante lo que está por venir. En situaciones ocasionales, sentir ansiedad es normal, pero cuando se convierte en una preocupación constante, puede ser un signo de un trastorno de ansiedad.

Los síntomas de la ansiedad pueden variar. Pueden incluir desde palpitaciones rápidas, sudoración, temblores, hasta problemas para concentrarse. Es importante reconocer estos síntomas para poder abordarlos de manera efectiva.

Estrategias para calmar la ansiedad y los nervios

Existen varias técnicas para calmar la ansiedad y los nervios. Una de las estrategias más efectivas es la práctica de la respiración profunda. Esta técnica ayuda a reducir la tensión y a promover una sensación de calma.

Otra estrategia es la meditación. Dedicar unos minutos al día para meditar puede cambiar significativamente tu perspectiva y reducir la ansiedad. Encontrar un lugar tranquilo y concentrarte en tu respiración puede hacer maravillas para tu bienestar mental.

Finalmente, considera el ejercicio físico regular. El ejercicio libera endorfinas, que son químicos en el cerebro que actúan como analgésicos naturales y mejoran el humor. Una caminata rápida o una sesión de yoga pueden ser muy beneficiosas.

Cómo calmar un ataque de ansiedad nocturno

Los ataques de ansiedad durante la noche pueden ser especialmente desafiantes, ya que ocurren cuando el cuerpo y la mente deberían estar en reposo. El primer paso es reconocer que estás experimentando ansiedad y no luchar contra ella. Aceptar tus sensaciones, en lugar de resistirte, puede ayudarte a reducir su intensidad.

Técnicas inmediatas para calmar un ataque:

  • Respiración 4-7-8: Inhala profundamente por la nariz contando hasta 4, retén el aire durante 7 segundos, y exhala lentamente por la boca contando hasta 8. Repite este ciclo varias veces. Esta técnica activa el sistema nervioso parasimpático, que favorece la relajación y el sueño.
  • Enraizamiento corporal: Trata de enfocarte en tu cuerpo. Toca con suavidad objetos a tu alrededor, siente la textura de las sábanas o pon los pies firmemente en el suelo si estás sentado. Esto ayuda a sacar la mente del bucle de ansiedad.
  • Relajación progresiva: Contrae y relaja diferentes grupos musculares del cuerpo, empezando por los pies y subiendo hasta la cabeza. Este ejercicio puede reducir tanto la ansiedad como la sudoración relacionada.

Cómo reducir la ansiedad y sudoración nocturna a largo plazo:

  • Evita estimulantes por la tarde o noche: El café, el alcohol y ciertos medicamentos pueden aumentar la ansiedad y la sudoración. Intenta evitarlos al menos 6 horas antes de dormir.
  • Mantén tu dormitorio fresco y ventilado: Un ambiente caluroso puede intensificar la sudoración nocturna y crear incomodidad que eleva la ansiedad. Usa ropa ligera, sábanas transpirables y un ventilador o aire acondicionado si es necesario.
  • Practica higiene del sueño: Establece horarios regulares para acostarte y despertarte. Evita pantallas al menos 30 minutos antes de dormir, y crea una rutina relajante que le indique al cuerpo que es hora de descansar (baño caliente, lectura tranquila, música suave, meditación guiada, etc.).
  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Es altamente efectiva para la ansiedad generalizada y también puede abordar los pensamientos intrusivos que desencadenan ataques nocturnos. Consultar a un especialista en salud mental puede marcar la diferencia.
  • Atención médica si hay sudoración excesiva recurrente: La sudoración nocturna puede estar relacionada no solo con ansiedad, sino también con cambios hormonales, medicamentos o condiciones médicas como la hiperhidrosis o problemas tiroideos. Si ocurre frecuentemente, es recomendable comentarlo con un médico.

Combinar estas estrategias puede ayudarte a recuperar la calma durante un ataque de ansiedad nocturno y a reducir su recurrencia con el tiempo. La constancia es clave.

Métodos rápidos para calmar la ansiedad en 5 minutos

Cuando la ansiedad se presenta de forma intensa y repentina, es útil contar con técnicas que ayuden a recuperar la calma en pocos minutos. Aquí tienes algunos métodos prácticos que puedes aplicar en cualquier momento:

1. Respiración cuadrada (box breathing)

Una técnica simple y poderosa para estabilizar el ritmo cardíaco y relajar el cuerpo:

  • Inhala lentamente contando hasta 4
  • Mantén el aire en tus pulmones durante 4 segundos
  • Exhala suavemente contando hasta 4
  • Espera 4 segundos antes de volver a inhalar

Repite este ciclo de 3 a 5 veces. Esta respiración rítmica ayuda a activar el sistema nervioso parasimpático, que contrarresta la respuesta de estrés.

2. Visualización positiva

Cierra los ojos e imagina un lugar donde te sientas completamente seguro, en paz y feliz. Puede ser un sitio real o imaginario. Incluye todos los detalles sensoriales posibles: colores, sonidos, olores, temperatura, texturas. Al concentrarte en esta imagen, tu mente se aleja del foco de ansiedad y entra en un estado de tranquilidad.

3. Técnica de grounding 5-4-3-2-1

Esta técnica de atención plena te ayuda a reconectar con el presente y calmar la mente:

  • 5 cosas que puedes ver
  • 4 cosas que puedes tocar
  • 3 cosas que puedes oír
  • 2 cosas que puedes oler
  • 1 cosa que puedas saborear

Hazlo con calma y consciencia, nombrando cada elemento en voz baja o mentalmente. Este ejercicio ancla tu atención en el aquí y ahora, reduciendo el poder de los pensamientos ansiosos.

Estos métodos son especialmente útiles para manejar la ansiedad leve a moderada en momentos críticos. Puedes usarlos como herramientas de primeros auxilios emocionales para recuperar el equilibrio mental en solo unos minutos.

Cómo calmar la ansiedad sin motivo aparente

A veces, la ansiedad aparece sin un desencadenante claro. En estos momentos, es esencial centrarse en estrategias que calmen la mente y el cuerpo.

Practicar la gratitud puede ser una herramienta poderosa. Tómate un momento para reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido. Esto puede cambiar tu enfoque de lo negativo a lo positivo.

El journaling o escribir un diario es otra técnica útil. Escribir tus pensamientos y sentimientos puede ayudarte a identificar patrones y a desahogarte de manera constructiva.

Estrategias para calmar la ansiedad de comer por la noche

La ansiedad por comer en la noche es un problema frecuente que puede llevar a hábitos poco saludables y afectar la calidad del sueño. Generalmente, no se trata de hambre real, sino de un intento de aliviar emociones como el estrés, la soledad o el aburrimiento.

Identifica los desencadenantes emocionales

Una de las claves para manejar este tipo de ansiedad es reconocer las emociones que la provocan. Pregúntate antes de comer: ¿Tengo hambre física o estoy buscando consuelo emocional?

Llevar un diario de alimentos y emociones puede ayudarte a detectar patrones y a identificar situaciones específicas (como estar solo/a por la noche o haber tenido un día estresante) que disparan el deseo de comer.

Establece un horario de comidas regular

Comer a horas fijas durante el día, con comidas equilibradas que incluyan proteínas, grasas saludables y fibra, puede mantener estables los niveles de azúcar en sangre y reducir los atracones nocturnos.

También ayuda a crear una sensación de control y estructura, lo cual es importante para reducir la ansiedad general.

Practica la alimentación consciente

La alimentación consciente, mindful eating, consiste en comer lentamente, sin distracciones (como pantallas), saboreando cada bocado y prestando atención a las señales de hambre y saciedad del cuerpo. Esto te permite disfrutar la comida sin caer en excesos automáticos.

Técnicas para controlar la ansiedad por comer

  • Ten opciones saludables a la mano: Si realmente necesitas comer algo, elige snacks nutritivos como yogur natural, frutas, nueces, hummus o palitos de verduras.
  • Bebe agua o una infusión relajante antes de decidir comer. Muchas veces confundimos la deshidratación o el aburrimiento con el hambre.
  • Haz una pausa de 10 minutos: Antes de ir a la cocina, intenta respirar profundamente o salir a caminar por unos minutos. A veces el impulso se disipa si no lo alimentas de inmediato.
  • Sustituye el hábito con otro: Leer, escribir, estirarte, escuchar música o practicar técnicas de relajación puede ayudarte a cambiar el enfoque mental sin recurrir a la comida.

Alimentos que ayudan a calmar la ansiedad por comer

Incorporar ciertos alimentos con propiedades calmantes en tu dieta diaria puede ayudarte a reducir la ansiedad general y los impulsos por comer:

  • Nueces y semillas: Altas en magnesio, que favorece la relajación del sistema nervioso.
  • Pescado graso (como salmón, sardinas, atún): Rico en omega-3, con efectos positivos sobre el estado de ánimo.
  • Avena: Fuente de carbohidratos complejos que favorecen la producción de serotonina.
  • Té de manzanilla, lavanda o valeriana: Tienen propiedades relajantes que ayudan a calmar el cuerpo y la mente, especialmente antes de dormir.
  • Chocolate negro (con moderación): Estimula la liberación de endorfinas y contiene antioxidantes beneficiosos.

Ansiedad en el estómago: cómo manejarla

La ansiedad puede manifestarse físicamente en el estómago, causando molestias como nudos, dolor, ardor, náuseas o sensación de vacío. Esta ansiedad somatizada puede confundirse con hambre o malestar digestivo.

¿Cómo aliviarla?

  • Respira profundamente: Técnicas como la respiración 4-7-8 o diafragmática pueden relajar el sistema nervioso y reducir las tensiones en el área abdominal.
  • Masajes abdominales suaves o una bolsa caliente sobre el vientre pueden aliviar la incomodidad.
  • Evita alimentos irritantes por la noche: como el café, chocolate, alcohol o comidas muy grasas, que pueden empeorar la sensibilidad del sistema digestivo.

Cuándo buscar ayuda

Si la ansiedad por comer o los síntomas estomacales son persistentes y afectan tu calidad de vida, considera buscar apoyo profesional. Un psicólogo especializado en ansiedad o trastornos de la conducta alimentaria, y un nutricionista, pueden ayudarte a crear un plan personalizado y sostenible.

Cómo calmar la taquicardia causada por la ansiedad

La taquicardia es un síntoma físico común de la ansiedad. Para calmarla, la respiración profunda y controlada es clave. Esto ayuda a reducir la frecuencia cardíaca y a calmar el sistema nervioso.

Otra técnica eficaz es la relajación muscular progresiva. Consiste en tensar y luego relajar cada grupo muscular del cuerpo, lo que puede ayudar a aliviar la tensión física.

Además, aprender y practicar técnicas de mindfulness puede ayudarte a permanecer presente y reducir la percepción de los latidos cardíacos acelerados.

Cómo gestionar la ansiedad durante el embarazo

El embarazo es una etapa de grandes cambios físicos, emocionales y hormonales. Es natural que muchas mujeres experimenten ansiedad en algún momento. Reconocerlo y abordarlo con cuidado es fundamental para tu bienestar y el del bebé.

Habla sobre lo que sientes

No guardes tus emociones para ti sola. Compartir tus miedos, preocupaciones o inseguridades con tu pareja, familiares, amigas o un profesional puede aliviar la carga emocional. Hablar te permite sentirte acompañada y comprendida.

Si la ansiedad interfiere con tu vida diaria, considera buscar el apoyo de un psicólogo perinatal o tu médico de confianza.

Muévete con suavidad

La actividad física suave puede ser una gran aliada:

  • Caminar, hacer yoga prenatal, o practicar ejercicios de respiración consciente ayudan a liberar tensiones, mejorar el estado de ánimo y conectar con tu cuerpo y tu bebé.
  • Asegúrate de consultar con tu profesional de salud antes de comenzar cualquier rutina nueva.

Cuida tu alimentación y descanso

  • Mantén una dieta equilibrada, rica en frutas, vegetales, proteínas magras, grasas saludables y suficiente hidratación. Los niveles de azúcar inestables pueden empeorar la ansiedad.
  • Descansa todo lo que puedas. La fatiga física o mental puede aumentar la sensibilidad al estrés. Crea una rutina de sueño relajante y no temas pedir ayuda para descansar cuando lo necesites.

Escúchate con compasión

Sé amable contigo misma. No tienes que tenerlo todo bajo control. La autoexigencia y el perfeccionismo pueden aumentar la ansiedad. Recuerda que cada embarazo es diferente, y lo más importante es cuidarte con amor.

Cómo ayudar a alguien a calmar la ansiedad

Cuando una persona cercana está atravesando un episodio de ansiedad, tu apoyo puede marcar una gran diferencia. No se trata de arreglar la situación, sino de estar presente de forma comprensiva y segura.

1. Escucha sin juzgar

A veces, lo más valioso que puedes ofrecer es simplemente estar ahí. Permite que la persona hable libremente, sin interrumpir ni minimizar lo que siente. Frases como estas pueden brindar consuelo inmediato:

“Estoy aquí para ti.”

“No estás solo/a.”

“Lo que sientes es válido.”

Evita dar soluciones rápidas o comparaciones (“a todos nos pasa”, “deberías calmarte”).

2. Ofrece apoyo práctico

  • Acompaña si lo necesita: ya sea a una cita médica, una caminata, o una clase de meditación.
  • Practicar juntos técnicas de relajación, como respiración profunda, ejercicios de grounding o mindfulness. A veces, hacer estas prácticas en compañía es más reconfortante.
  • Haz preguntas abiertas y suaves, como: “¿Hay algo que pueda hacer ahora para ayudarte?” “¿Qué necesitas en este momento?”

3. Anima a buscar ayuda profesional

Si la ansiedad interfiere con su día a día, su descanso o sus relaciones, es importante sugerir apoyo profesional, con tacto y sin presión:

“Quizás hablar con un psicólogo podría ayudarte a sentirte mejor, ¿quieres que te ayude a buscar uno?”

No reemplaces el papel de un especialista, pero sé un puente que facilita ese paso.

Acompañar a alguien con ansiedad no requiere tener todas las respuestas, sino ser una presencia segura y constante. Tu empatía y paciencia pueden convertirse en un gran alivio para esa persona.

Consejos para calmar la ansiedad antes de situaciones estresantes

Enfrentar situaciones estresantes puede incrementar la ansiedad. Prepararte adecuadamente puede marcar la diferencia. Practicar visualizaciones positivas sobre la situación puede aumentar tu confianza.

El uso de afirmaciones positivas, como "Estoy preparado y puedo manejar esto", puede fortalecer tu mentalidad antes del evento.

Finalmente, llegar con tiempo y tener un plan puede reducir el estrés asociado con lo inesperado y ayudarte a mantener la calma.

En conclusión, la ansiedad es una respuesta natural, pero hay múltiples estrategias y técnicas que puedes utilizar para manejarla de manera efectiva. Desde la respiración profunda hasta la alimentación consciente, cada técnica tiene su lugar en tu caja de herramientas personales para combatir la ansiedad.

Si sientes que la ansiedad está afectando tu calidad de vida, no dudes en buscar la ayuda de un especialista. Los psicólogos pueden proporcionar estrategias personalizadas y apoyo continuo.

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